Pienso, por experimentarlo, que el desaliento llega cuando pasa el tiempo y no se consiguen ver los resultados del trabajo de buscar trabajo. La soledad del que busca empleo es terreno fértil para el desaliento.
Y que quede claro, que casi nadie está solo en el trabajo de buscar trabajo, pues se suele apoyar uno bastante en su red de contactos. Pero es un trabajo para el que uno no cuenta con equipo. Suele ser un trabajo que hace uno solo. Si los resultados no llegan suele llegar el desaliento.
Me vino una idea a la cabeza a raíz del curso «Social Physics and Big Data». Un curso online en la plataforma Edx. Alex Pentland, comentaba que el incentivo a la relación funciona mejor que el incentivo al individuo.
Explicaba que en una empresa eléctrica suiza, tras muchos intentos infructuosos de fomentar el ahorro con subvenciones al individuo para comprar de equipos más eficientes, cambiaron de estrategia. Asociaron a los clientes de dos en dos. Por cada kW ahorrado por un miembro de la pareja, la compañía eléctrica le pagaba un pequeño valor económico al otro miembro de la pareja. Consiguieron un ahorro del 17% en el consumo. El cambio de comportamiento perpetrado por los clientes perduró en el tiempo. El incentivo a la relación de pareja funcionó mucho mejor que el incentivo al individuo.
Trasladé ese concepto al buscador de empleo. El incentivo del trabajo de buscar trabajo es el trabajo que se va a conseguir. Como he dicho antes, si no llega el trabajo llega el desaliento.
Haciendo equipo para encontrar empleo.
Pienso que una forma de mitigar este efecto puede ser emparejarse con un buscador de empleo como uno mismo.
- Tiene que ser un buscador que busque un puesto diferente al que uno busca para sí mismo.
- Un buscador que busque en el mismo nivel de jerarquía que busca uno mismo.
- Alguien que tenga una experiencia similar a la propia.
Pensemos en un compañero de estudios. Pensemos en un progenitor de los compañeros de clase de nuestros hijos.
Los dos miembros de la pareja buscarán trabajo para sí y para el otro.
Añadimos así a nuestra propia motivación, la motivación de ayudar a otra persona. Potenciamos de esta forma nuestra vocación de servicio.
Empezamos a formar equipo para el trabajo de buscar trabajo.
Hay otra persona que filtra las oferta de empleo. Debemos reconocer que cuando el desaliento llega, a muchas ofertas de empleo les encontramos algo que nos hace pensar que no vamos a encajar. Quizás experiencias pasadas nos hacen desistir de candidatarnos. La objetividad de nuestra pareja analiza con otro espíritu.
Yo, mientras que rastreo las ofertas que a mi me interesan, cuando veo que se busca una secretaria ejecutiva se lo envío a una amiga que está en transición profesional. Si buscan un fiscalista internacional se lo envío para un amigo que quiere mejorar su posicion actual. Si encuentro oferta para director financiero para otro amigo que está desempleado …
Sólo saber que voy a ayudar a otros, me da ánimos para empezar a rastrear ofertas por la mañana temprano.
Os animais?
Luis Miguel Casado Diaz