President Obama has signed Senators Portman and Shaheen´s Energy Efficiency Improvement Act of 2015. This bill promotes measures to improve energy efficency in commercial buildings and government offices. wiht this signature Obama boosts energy efficiency.
The Title I requires to Department of Energy and the General Services Administration to propose within 180 days a model of commercial leasing provisions to give solution to the split incentives problem between building owners and tenants. The new law has no mandates on private sector but could incentive the energy efficiency and ESCO business by means of showing how overcome the rental sector obstacles to retrofiting projects.
La noticia de la comercialización de la superbateria PowerWall para hogares por parte de Tesla ha alborotado los medios en el entorno eléctrico español.
A falta de concretar el precio de Powerwall combinado con el de la energía fotovoltaica casera y su paridad de red conjunta, es interesante señalar la descripción que hace Tesla de su nuevo producto. Su utilidad no se limita a su combinación con los sistemas de paneles solares. Sin necesidad de ellos también es interesante pues permite aprovechar a fondo los beneficios de la discriminación horaria en el suministro por red; se puede almacenar en las horas más baratas y consumir cuando más convenga.
Teniendo en cuenta las reacciones legislativas contra el autoconsumo, lo que pone de manifiesto la batería Powerwall de Tesla es, una vez más, que el problema de la energía para los consumidores no es la energía en si misma ni tampoco la tecnología; todo esto tiene soluciones cada vez mejores, más baratas y con menor impacto medioambiental.
¿Y si cae la recaudación?
El problema para los consumidores, sean hogares o empresas, es la concepción del suministro energético como mecanismo recaudatorio con fines ajenos a las necesidades energéticas reales de cada uno y de los intereses nacionales. Es como antaño fue el monopolio de la sal, no hay más que recordar la marcha de la sal de Ghandi en la India colonial de 1930.
A los discrepantes de esto último sobre los fines ajenos a las necesidades reales, cabe preguntarles ¿a quién beneficia de verdad una red sobredimensionada de líneas AVE y aeropuertos? Pues con la energía y la actitud gubernamental contraria en la práctica real a la eficiencia energética, estamos en situación bien parecida.
Por tanto, para la industria ESCO, la clave para navegar con éxito no radica tanto en la tecnología como en modelizar adecuadamente las rutas para sortear los obstáculos fiscales y legales que se imponen a la rentabilidad de la eficiencia energética.
El discurso del comisario Arias Cañete el pasado 23 de abril en Dublin pone de manifiesto el interés estratégico que la cartera europea de energía representa para España.
Es sabido que Europa, con la excepción del área Escocia-Noruega, carece de recursos energéticos propios, estos deben ser importados. Posiblemente el combustible de origen fosil más interesante sea el gas natural, se importa el 66% del que se consume, con tasas de emisión de CO2, 50% menos, comparativamente bajas respecto al carbón y al petróleo.
El problema del gas es que depende de dos factores fuera del control de los europeos:
Dependencia de una producción monopolística. Al margen del gas noruego, los productores que venden a Europa son mayoritariamente sólo tres, Rusia, Noruega y Argelia. Entre los tres representan el 76,8% de las importaciones; los dos primeros superan el 30% mientras que la aportación argelina es bastante menor en torno al 13%.
Dependencia de las infraestructuras de transporte. Estamos hablando de gaseoductos transnacionales fuera de territorio europeo.
Los problemas surgidos con motivo del conflicto Rusia-Ucrania evidencian como ambas dependencias representan un punto débil de Europa. Procede diversificar fuentes y redes de gaseoductos. Más fácil lo segundo que lo primero ya que fuentes de gas sólo hay las que hay, mientras que el catálogo de países de tránsito para los gaseoductos es más amplio. Diversificar gaseoductos permite minorar los riesgos de conflictos regionales.
Éste es el objetivo que se ha marcado Arias Cañete: que cada estado miembro de la UE disponga de acceso a tres fuentes de gas natural. Se trata de ampliar la red europea de gasoductos añadiendo al actualmente preponderante acceso del Norte-Este otros varios gaseoductos: el Norte-Escandinavo con origen en Noruega para dar cobertura al área báltica, el Sur-Este para el gas de Asia Central vía el Adriatico y Anatolia y una ampliación de los que cruzan el Mediterraneo.
Ahí se encuentra el interés estratégico de España. Hasta ahora, el gaseoducto Magreb Europa que trae a España el gas argelino vía Marruecos ha sido considerada desde la perspectiva de la red europea de gasoductos como una infraestructura de segundo orden ya que se ha limitado a abastecer al pequeño mercado hispano-luso. Algo parecido se puede afirmar del MedGaz que va directamente de Argelia a Almería. Más importante se ha considerado el Trans-Mediterraneo que transporta el gas desde la misma fuente argelina vía Tunez y Sicilia.
En el escenario de inestabilidad en el área este de Argelia, Tunez, Libia y Egipto, se impone la política europea de diversificación y seguridad en el suministro con la consecuencia de la necesidad de una red unitaria europea para el transporte del gas. Ésta es la palanca a favor del más occidental gaseoducto Magreb Europa y su conexión con la red pan europea vía Francia.