En contra de lo que nos tratan de vender, la eficiencia energética está penalizada en España. De hecho, en la segunda mitad de 2015, la Comisión Europea ha advertido a nuestro país por la no transposición de las directivas comunitarias. Esta penalización tiene que ver con las características estructurales del sistema energético español y determinadas élites extractivas. Ésta es la razón por la que Ribes & Casado hemos escrito “El bluf de la eficiencia energética en España”.
El subtitulo “You never want a serious crisis to go to waste” es una cita de Rahm Emanuel, exjefe de gabinete de Barack Obama. Recordándola, señalamos hasta que punto, el gobierno con mayoría absoluta desde 2011 ha desaprovechado esta crisis para poner remedio a los defectos atávicos del sistema eléctrico español.
Defectos cronificados con el paso del tiempo, sin que exista diferencia de fondo entre los distintos equipos que se han alternado en el poder. En concreto nos estamos refiriendo a: la utilización de la factura energética como tapadera de la mala planificación y gestión del sistema, una deliberada complejidad regulatoria, un ataque fiscal sistemático al consumo eficiente y al autoconsumo, y al fondo de las causas de este estado de cosas siempre la puerta giratoria.
Eficiencia energética, la materia prima de las ESCOs
A los autores lo que nos interesa es la “eficiencia energética” en la medida de que ésta es la materia prima de la que se nutren las Empresas de Servicios Energéticos ESCO, nuestro campo. Ésta es una cuestión técnica y, de hecho, este libro parte de una amplia encuesta entre las empresas del sector. Paradójicamente para nosotros, es necesaria una interpretación próxima a la política para poder explicar la excepción española en lo que se refiere a la eficiencia energética dentro del mundo desarrollado.
Ribes & Casado compartimos con los expertos que una deficiente educación es la causa de muchos de los problemas que padecemos, incluidos los económicos. La falta de objetividad a la hora de enfocar los temas es una forma de educación deficiente. Un ejemplo que mencionamos en el libro es el “debate autista” entre expertos del sistema eléctrico, antes devotos a su equipo que a la objetividad; resultado, la perpetuación de los defectos del sistema.
Un consumidor mal informado es manipulable
Un consumidor mal informado es manipulable. Tan incorrecto es atribuir exclusivamente el precio final de la energía a unos espantajos con chistera que fuman habanos como a la incompetencia gestora de los del equipo contrario. Esto forma parte de la trampa de un sistema en el que las dos partes son cómplices.
Tan importante es el qué se argumenta como el cómo se argumenta. Hacer transparente un sistema concebido para ser opaco, requiere explicar-describir con datos y múltiples referencias cuestiones tan diversas como los peajes, el déficit de tarifa, el impuesto sobre la electricidad, el servicio de interrumpibilidad, la operativa de los mercados, el bosque normativo, la pobreza energética, el autoconsumo, la puerta giratoria, el asunto Castor,…Es lo que intentamos con “El bluf de la eficiencia energética en España”.
Muchos temas y muy controvertidos que llevan a preguntarnos al final: ¿quién es más reprochable, aquel que no defiende a sus electores o el ejecutivo que sí defiende a sus accionistas?