El origen cultural de nuestros males económicos.
“…es un ejemplo casi perfecto del origen último de los males económicos de nuestra nación:
- un grupo de presión bien organizado… que extraen una renta de unas licencias limitadas por decisión de las administraciones públicas,
- unas autoridades que no aprecian la importancia del cambio tecnológico e imponen barreras a la competencia,
- una justicia que emplea argumentos demagógicos para violar el espíritu de nuestro sistema procesal
- y una población que, en su gran mayoría, desconfía profundamente del mercado como mecanismo de asignación de recursos y que acepta por ello sin mayor problema que el bienestar de casi todos quede supeditado a los intereses particulares de unos pocos”
Con toda probabilidad se equivocan quienes lean las líneas anteriores. No se está hablando del autoconsumo en España. El autor es Jesús Fernández-Villaverde, editor de Nada es Gratis, y se refiere a la seguridad jurídica, las licencias de taxi y UBER en un artículo publicado en febrero de este año.
La última propuesta de RD sobre autoconsumo forma parte del mismo escenario que describe Fernández-Villaverde. Va contra el signo de los tiempos, el desarrollo tecnológico y la autonomía de las personas.
Tanto propugnar desde los micrófonos públicos la bondad de la eficiencia energética y de las energías renovables y cuando disminuye el consumo, el coste de la energía fotovoltaica se aproxima a la paridad de red y Tesla anuncia baterías de almacenamiento para hogares, va y, de lo dicho. nada. Se hace irrelevante el factor consumo en la factura eléctrica y se penaliza el autoconsumo y el uso de “mecanismos de almacenamiento”.
Lo dicho, el mismo escenario, las mismas causas.