El statu quo energético ha sido tejido mano a mano por PSOE y PP; la aparente hostilidad entre ambos partidos no enmascara suficientemente su silencio compartido sobre el fondo del sistema. Y, como suele suceder, son más interesantes los silencios que los eslóganes.
¿Cómo afrontan este statu quo los nuevos partidos? Veamos.
Unidos Podemos
Con el modelo IKEA nos están ofreciendo un mobiliario moderno, sencillo y a buen precio. Pero fíjense en la primera foto, la de la chimenea con unas entrañables sillas como las de nuestros abuelos. Curioso.
Partiendo del eslogan “Hacia la transición energética” son contundentes con el autoconsumo y apuntan en la buena dirección. Pero no es tan sencillo como lo plantean, no han escuchado a los expertos próximos al gobierno para identificar los escollos reales del autoconsumo. En concreto este programa propone:
- “Derogaremos el Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, sobre autoconsumo eléctrico y aprobaremos una normativa que permita su desarrollo, con las siguientes características básicas:
- La energía autoconsumida instantáneamente queda libre de cualquier tipo de imposición.
- La energía vertida al sistema eléctrico será justamente retribuida por parte de la empresa comercializadora.
- Establecimiento de unos trámites administrativos ágiles”.
Hablando de la pobreza energética, no se diferencian mucho de lo que proponen los demás, lo único que les añade este programa es que pone su solución en manos de los servicios sociales. Caridad. ¿Alguien se imagina que el acceso a una educación básica dependiera de los servicios sociales?
- “Se establecerá un mínimo vital de electricidad y gas mensual por hogar. Una vez constatada una situación de pobreza… Los servicios sociales determinarán la cantidad exacta que cada hogar en situación de pobreza ha de pagar por el suministro mínimo”.
En conjunto, se nota que carecen de una visión global y propia del sistema energético. Adoptan fuentes, antaño próximas al accionariado socialista del statu quo energético, que les introducen en la trampa de una percepción parcial de la realidad (ver “Un debate autista” en “El bluf de la eficiencia energética en España”).
Esta “adopción” consta de una parte positiva y otra negativa.
Respecto lo positivo:
- Se pronuncian decididamente contra un mercado intervenido a favor de un oligopolio.
- Encaran la cuestión de las grandes infraestructuras ajenas a una competencia real y otros privilegios como los ctc´s.
- Propugnan unos costes de mercado vinculados a los costes reales de producción. En un mercado idealmente liberalizado es coherente, aunque, una vez analizada la factura eléctrica, este sobrecoste tiene mucho menos peso que otros defectos del sistema.
- Introducen al debate las infraestructuras gasísticas europeas. Es interesante. Esta infraestructura tiene sus pros a corto y medio plazo y contras a largo plazo. En cualquier caso conviene debatirlo.
Respecto lo negativo:
- Excepto en una dictadura, hay que entender las razones e intereses de todos para poder materializar avances sociales. Los planteamientos autistas solo conducen a fracasos. Aclárense, no se puede ser simultáneamente como Venezuela y Dinamarca. Crezcan y elijan.
- No abordan los problemas de fondo del sistema porque sus fuentes están contaminadas. No afrontan los “silencios” compartidos:
- Las complicidades del establishment político con el oligopolio energético. No exigen responsabilidades políticas reales por fiascos gestores como la burbuja fotovoltaica o el depósito Castor.
- No arbitran medidas respecto el déficit de tarifa. Ni que la mala gestión política se enmascare en el recibo de la luz. Tampoco la instrumentación descontrolada de los peajes.
- No han analizado el sesgo “anti-eficiente” del statu quo energético. En consecuencia, ignoran qué hay en el fondo de este asunto.
- No proponen ninguna actuación estratégica contra la “complejidad regulatoria”, herramienta clave del tándem establishment-oligopolio.
Ciudadanos
El programa de Ciudadanos es, con diferencia, el más trabajado de todos los analizados. Tanto, que da la impresión de que no está enfocado al electorado común. Van un paso por delante. Es presumible que lo que han hecho es preparar minuciosamente las negociaciones post-electorales.
En materia de energía, de la medida 207 a la 228, es más directo y completo que los del PP y PSOE. Sorprende su proximidad con el programa de Unidos Podemos.
Proponen un “Plan Estratégico de Transición Energética”. Fíjense en lo de “transición”, un término muy apropiado para describir lo que se necesita. También son contundentes con el autoconsumo y abogan por la reforma del RD 900/2015 y la eliminación del impuesto al sol; añaden una interesante simplificación en la tramitación de los proyectos.
Quieren reformar el bono social como medida contra la pobreza energética. A continuación dicen algo interesante: “no creemos que la garantía de un servicio básico de electricidad deba articularse exclusivamente a través de subvenciones”, pero finalmente la lían cuando sugieren que se puede erradicar este problema con inversiones en medidas de eficiencia energética ¿?…No lo explican.
Con un programa mucho más amplio y orientado a la gestión, siguen coincidiendo con los otros “rookies”, los podemitas. Les diferencia unos modos más reformistas que rupturistas:
- Sin recurrir al término “oligopolio”, intervienen contra su estructura imponiendo la independencia entre empresas de generación, distribución y comercialización para evitar que sigan formando parte de un mismo grupo.
- Promueven la auditoria y liquidación definitiva de los costes de transición a la competencia.
- Quieren que los consumidores paguen de acuerdo a los costes reales de producción.
- Por razones pragmáticas descartan la apuesta por el fracking.
Por motivaciones distintas a Unidos Podemos, coinciden con estos en sus carencias frente a los “silencios” compartidos de populares y socialistas. Mientras que la explicación del talón de Aquiles “podemita” es atribuible a una cierta contaminación y a su inexperiencia, en el caso de los “ciudadanos” seguramente tiene que ver con su estrategia de pactos post-electorales.
En cualquier caso, la crítica es plenamente coincidente con la hecha a Unidos Podemos.
Concluyendo con los PROGRAMAS ELECTORALES 2016:
- La medida de los viejos partidos está dada por los resultados de su gestión en contraste con lo que han prometido una y otra vez. No hay nada que añadir.
- Los nuevos partidos proponen una transición. Es una buena intención, pero está por probar su capacidad. Esperanza e incertidumbre. Es lo que hay.