Red europea de gasoductos y el interés estratégico de España.

El discurso del comisario Arias Cañete el pasado 23 de abril en Dublin pone de manifiesto el interés estratégico que la cartera europea de energía representa para España.

Es sabido que Europa, con la excepción del área Escocia-Noruega, carece de recursos energéticos propios, estos deben ser importados. Posiblemente el combustible de origen fosil más interesante sea el gas natural, se importa el 66% del que se consume, con tasas de emisión de CO2, 50% menos, comparativamente bajas respecto al carbón y al petróleo.

El problema del gas es que depende de dos factores fuera del control de los europeos:

  • Dependencia de una producción monopolística. Al margen del gas noruego, los productores que venden a Europa son mayoritariamente sólo tres, Rusia, Noruega y Argelia. Entre los tres representan el 76,8% de las importaciones; los dos primeros superan el 30% mientras que la aportación argelina es bastante menor en torno al 13%.
  • Dependencia de las infraestructuras de transporte. Estamos hablando de gaseoductos transnacionales fuera de territorio europeo.
Dampier to Bunbury Natural Gas Pipeline by Glen Dillon CC BY 3.0. No changes made
Dampier to Bunbury Natural Gas Pipeline by Glen Dillon CC BY 3.0. No changes made

Los problemas surgidos con motivo del conflicto Rusia-Ucrania evidencian como ambas dependencias representan un punto débil de Europa. Procede diversificar fuentes y redes de gaseoductos. Más fácil lo segundo que lo primero ya que fuentes de gas sólo hay las que hay, mientras que el catálogo de países de tránsito para los gaseoductos es más amplio. Diversificar gaseoductos permite minorar los riesgos de conflictos regionales.

Éste es el objetivo que se ha marcado Arias Cañete: que cada estado miembro de la UE disponga de acceso a tres fuentes de gas natural. Se trata de ampliar la red europea de gasoductos añadiendo al actualmente preponderante acceso del Norte-Este otros varios gaseoductos: el Norte-Escandinavo con origen en Noruega para dar cobertura al área báltica, el Sur-Este para el gas de Asia Central vía el Adriatico y Anatolia y una ampliación de los que cruzan el Mediterraneo.

Ahí se encuentra el interés estratégico de España. Hasta ahora, el gaseoducto Magreb Europa que trae a España el gas argelino vía Marruecos ha sido considerada desde la perspectiva de la red europea de gasoductos como una infraestructura de segundo orden ya que se ha limitado a abastecer al pequeño mercado hispano-luso. Algo parecido se puede afirmar del MedGaz que va directamente de Argelia a Almería. Más importante se ha considerado el Trans-Mediterraneo que transporta el gas desde la misma fuente argelina vía Tunez y Sicilia.

En el escenario de inestabilidad en el área este de Argelia, Tunez, Libia y Egipto, se impone la política europea de diversificación y seguridad en el suministro con la consecuencia de la necesidad de una red unitaria europea para el transporte del gas. Ésta es la palanca a favor del más occidental gaseoducto Magreb Europa y su conexión con la red pan europea vía Francia.

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