Siendo este blog ESCODEALMAKER, nos estamos refiriendo a los hermanos Nadal Belda, dadas sus funciones respectivas en la Secretaría de Estado de Energía –Alberto- y la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno –Álvaro- y su consiguiente papel en la ralentización de la transición energética en España.
Obviamente, utilizamos el término “preservativo” de acuerdo con el primer significado que le atribuye la RAE, esto es, alguien “Que tiene virtud o eficacia de preservar”.
La transición energética es un fenómeno imparable. El modelo operativo aún vigente está basado en tecnologías y sistemas de la primera mitad del siglo XX.
Por otra parte, hay momentos en la historia en los que coincide en el tiempo la aparición de varias tecnologías disruptivas que quiebran los modelos de negocio tradicionales al superar las ventajas de las convencionales innovaciones de apoyo. Esto lo ha teorizado desde 1995 Clayton Christensen de la Harvard Business School.
¿A qué nos referimos con “transición energética”?
Vivimos en un escenario VUCA (acrónimo de volatility, uncertainty, complexity y ambiguity). Una situación analizada en profundidad por expertos de consultoras como Roland Berger (“Light footprint management”) o Deloitte (“Risk Management in a VUCA world”).
Es un escenario en el que lo disruptivo da lugar a un futuro en el que la única certidumbre es que será distinto del pasado. ¿Cuál es la estrategia correcta ante esta situación? Hay un claro consenso: reconocer el cambio, anticiparse y aprovechar las oportunidades.
La transición energética forma parte de este escenario:
- Se acabó el despilfarro de la energía, las grandes unidades de producción, las sobredimensionadas redes de transporte y distribución, la importación masiva de combustibles, el control del sistema por unas pocas grandes corporaciones,…
- Llegan la eficiencia energética, el autoconsumo, la minoración de la justificación de cargos y peajes, la sustitución de la importación de combustibles por tecnologías nacionales, tecnologización del sector inmobiliario, la economía compartida, las empresas ESCO,…
Quienes diseñan la estrategia energética de los países desarrollados así lo entienden y en consecuencia, para mantener su competitividad nacional, están implementando cambios estructurales adecuados a lo que viene. No importa que se trate de países de concepción estatalista o liberal, desde Francia hasta EEUU.
Por el contrario, en España ¿qué hacen los secretarios de Estado Nadal? Sencillo: tratar de frenar lo inevitable y ganar tiempo para el establishment energético. Éste es el tema de este post.
Antes de proseguir el razonamiento, hay que saber que los sobresalientes hermanos Nadal, por su rango en el organigrama político –secretarios de Estado-, carecen de poder para decidir la macropolítica del país. Su papel es implementar las decisiones de la cúspide del sistema de la mejor forma posible.
¿Por qué preservan?
Volviendo a nuestro tema, el hecho es que el pensamiento del establishment español está impregnado por el conservadurismo y su subsistema energético/eléctrico no es una excepción.
Conservadurismo en el sentido de preservar lo que hay, el statu quo. Nada que ver con liberalismo ni con socialdemocracia, no hay ideología. Son los mismos personajes que ante el advenimiento de la revolución francesa de 1789 defenderían al antiguo régimen o que dos siglos más tarde en la RDA ante la caída del muro tratarían de preservar las instituciones comunistas.
¿Qué pretenden quienes deciden la macropolítica en los grandes partidos españoles? Proteger el statu quo. ¿Qué hacen los secretarios de Estado Nadal? Para ser precisos, no tratan de impedir lo que saben inevitable, solo tratan de frenarlo gestionando los tiempos.
Hay razones de fondo que avalan esa estrategia preservativa. En este escenario disruptivo, en términos del antes mencionado Clayton Christensen, si se implementa en términos reales la eficiencia energética y el autoconsumo, se corren algunos riesgos:
- ¿Qué va a suceder con REE si se descentraliza la producción y el consumo de electricidad?
- ¿Cómo van a superar las grandes compañías energéticas la reducción de consumo y clientes?
- ¿Es justo fiscalmente concentrar el pago de las grandes infraestructuras en menos consumidores?
Pero una cosa es salvaguardar razonablemente unos intereses pre-establecidos y otra intervenir el mercado para bloquear la transición energética.
Podían haber forzado la adaptación al nuevo escenario de REE y las grandes empresas del sector, pero han optado por lo contrario: dificultar al máximo la irrupción de empresas innovadoras que amenacen el estatus de los antiguos. La holandesa Vandebron, una especie de UBER del sector eléctrico, es un buen ejemplo de lo que hablamos.
Pruebas: ahí están la manipulación de los Términos de Energía y Potencia de los últimos años contra la eficiencia energética, el ultimátum en octubre de 2015 de la CE contra España “Commission requests eleven Member States to fully transpose the EU Energy Efficiency Directive” o del ataque del RD 900/2015 contra el autoconsumo.
Lo criticable a los preservativos políticos es que hayan desaprovechado la crisis para hacer las reformas necesarias del modelo energético que contribuyan a la competitividad de España en las próximas décadas. Han ignorado el “You never want a serious crisis to go to waste” de Rahm Emanuel. Cómo esta cuestión es larga y ya la hemos desarrollado en “El bluf de la eficiencia energética en España” dejamos esta línea argumental aquí.
Más allá del impacto de las nuevas tecnologías en el modelo energético, hay otras luces rojas que advierten respecto los cimientos tradicionales del sistema. Así, el Financial Times advertía hace cuatro meses sobre la deuda de 3,0 billones $ del conglomerado petrolero -FT, March 21st, “Oil and Gas: Debt fears flare up”.
El mismo tema aborda Bloomberg. Cabe hacerse una pregunta, ante una previsible tendencia a la baja del precio del petróleo, ¿qué va a suceder cuando el monto de la deuda se aproxime al valor neto de las reservas de petróleo del planeta -1,65 billones de barriles según la OPEP-?…
George Friedman, fundador de Stratfor y Geopolitical Futures, que ha asesorado entre otros a SHAPE Tech Center –OTAN-, o la Rand Corporation, nos describe este tipo de crisis en “Los próximos 100 años”:
«Las crisis se definen por la lucha entre una clase dominante en declive vinculada a un modelo económico establecido y el surgimiento de una nueva clase y un nuevo modelo económico. Cada una de las facciones representa una manera radicalmente diferente de ver el mundo y de definir lo que significa ser un buen ciudadano, además de reflejar los cambio en la manera de ganarse la vida.»
Algo parecido sucede aquí. De un lado los preservativos junto con los de las batallitas del abuelo y del otro el sentido común.